Menú Principal

¡Como se alegra mi vista!

Siempre que a verte vengo,

Tus pétalos al ondear

Parecen levantar vuelo.

El colorido de tus flores

Es orgullo de mi huerto,

Las manos que te plantaron

Te cuidan hoy desde el Cielo.

Malvarrosa malvarrosa

Veo tus flores en sueños

Volar hacia las estrellas

Libre, y sin tener dueño.

 

 

Nada muere

La lluvia pasa

La yerba crece

La yerba muere

Pierde su verde.

Vuelve la lluvia

Y reverdece.

No existe tiempo

Tampoco muerte,

Sólo la lluvia,

Vida contiene.

Porque no nace

Porque no muere

 No nace la yerba

 Se reverdece.

 

 

Nada me dicen las nubes cuando me tapan la luz,

Ni el frío viento del norte que mi vejez quebranta,

El silencio de tus labios, me dicen que tu cariño perdí.

El mar embravecido como un dromedario en celo,

Al vuelo raso de los infatigables alcatraces blancos,

Que como mortíferos torpedos, atacan al banco de majuga.

Nada me dicen los dioses que desoyen  mis lamentos

Cuando por la indigencia del alma, me condenan,

Con querencias marchitas, ajadas por las aventureras traiciones,

Anhelosas de conquistas, perdedoras de ilusiones,

Ganadoras del  Infierno.

 

Ahí viene entrando la muerte.

Ya pasó la quicialera

De los aquí presentes.

Alguno vuelve a la tierra

El primer llanto a la vida.

El segundo para quererte,

Al tercero la despedida y

El cuarto para la suerte.

A las flores más bonitas,

Las custodian las espinas

Para olerlas o deshojarlas,

Hay que pagar una herida.

La mujer que siendo bella,

Sin dinero ni salero

Vale lo que una botella

Vacía para el cantinero.

¡Ahí viene andando la muerte!

Por la cuesta del Peligro,

Antes de llegar al Boquete

¡Ojala que se dé un giro!

 

Mis fotos

tierra1p.jpg