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¡Que empeño tienes por mí!

No te atreves a dejarme

ya no quieres olvidarme

y no puedes vivir sin mí.

¡Pero a tí, que más te dará!

Olvidarte de mi cuerpo

dejar tranquilos mis huesos

hasta que me llegue mi hora.

¡Te crees dama y señora!

Y andas escasa de honor

¡Como tú, no padeces dolor!

Desprecias al que te llora.

Recuerdos del Caribe

En mis horas de nostalgia

Pasado que no añora

Una vida sedentaria

Brillan aún en mi mente

Los destellos de sus faros

Isla de Santa Margarita

Con el corazón te hablo

Aún escucho el silencio

De aquellas noches de guardia

En las que mi alma disfrutaba

Viendo que en el horizonte

Empieza a romper el alba

Nace en mí la esperanza

En que llegue el nuevo día de

Zambullirme en tus playas

Ufano de alegría ya

En mi tierra de regreso

La languidez de mi alma

Atormenta mis recuerdos

Como nubes y claros, así,

mí cielo hoy amanece,

con un Sol resplandeciente

para saludarte amor.

Con ese azul intenso

como iris de tus ojos

que encienden mi corazón.

Dando paso a la pasión

que incitan los deseos,

de temores y recelos

a perder mi dulce amor.

Tengo celos de las nubes

por ensombrecer mi alma,

y tengo envidia del Sol

que acaricia tu cara.

Para decirte te quiero

así, me parece a mí.

No hace falta febrero

ni que llegue San Valentín.

Para decirte te quiero,

no hace falta la fecha

tampoco gastar dinero,

vale una mirada tierna.

Para decirte te quiero,

hasta la palabra sobra

con un despertar sonriendo

despejando toda sombra.

Para decirte te quiero

no corto a una rosa

porque la flor se seca

y mi amor es eterno.

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