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Hay una mente asesina

Que es quien enturbia la Historia

Para borrar la memoria

De la clase campesina.

Y no le tiembla el pulso

A su mano contundente

El matar a tanta gente

Inocente y desvalida.

Por su fuerza desmedida

Es un peligro incipiente

Que el  Mundo ha de tener presente

Porque la Libertad peligra.

Ya despertaron al Diablo

Que plácidamente dormía

Y está masacrando el suelo

Donde hace sus fechorías.

No tiene rabo ni cuernos

Ni es un macho cabrio

Pero ha creado los Infiernos

En un pueblo desvalido.

Con todo respeto digo,

Que Dios donde se encuentra,

Si está viendo ese castigo,

¿Por qué no lo tiene en cuenta?

La noche  se acerca,

Mi alma entristece,

El llanto en mis ojos

No me deja verte.

Soy como el Garoé

Que llora por nada

Y son fuente de vida

Esas dulces lágrimas.

El tiempo es testigo

Ya que no envejece

Y cuenta los hechos

Como se acontecen.

Suspira mi pecho

Pues sólo se halla,

Tu amor indiferente

Es una muralla.

Tu boca  me engaña

Al decir que me quiere,

Tus labios rebeldes

Me besan con saña.

“ROSITA  QUE  PRESUMIDA”

¡Que derroche, Rosita!

¡Que derroche!

Hoy es festivo y lo quieres

Festejar

Te echaste  novio de esos

Que tienen coche

De los que pocos quedan

Por el lugar

¡Dicen que es rico,  Rosita!,

¡Dicen que es rico!

Que usa perfumes traídos

De París

¡Que tiene Bancos, Rosita!,

¡Que tiene Bancos!

Que son los más grandes

Del país

¡Que derroche, Rosita!

¡Que derroche!

Ya los colores te empiezan

A salir

Será por culpa del pulque

Será  por el ponche

¿Puede que sea de tanto

Presumir?

¡Bailas conmigo, Rosita!

¡Bailas conmigo!

¡No que no, que me puedes pisar!

¡Mis zapatitos!,

¡Que son traídos de Milán!

Pierde cuidado y no sientas

Temor,

Yo soy muy suave

Y no pierdo el son.

 

Ya llegan los marineros
De la zafra de la corvina
Mañana lo festejaremos
Con un sancocho de espinas.
Traen espinas de corvinas,
Lenguas y cachetes salados.
En rama las chacaronas
Y los tollos pelados.
Que bonito está Porto Naos
Cuando descansa la flota
Las jarcias todas silbando
Y cacareando las gaviotas.
Yo soy el arrumador.
También salo el pescado,
Por eso no soy fumador
Me gusta el tabaco mascado.
Tengo las manos callosas
Como los hombres de mar
El cebo las pone amorosas
Para poderte acariciar.

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