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Soy conejero de suerte

al vivir con dos amores.

Uno es donde nací,

el otro me hizo hombre.

Arrecife marinera,

Puerto Naos es tú gloria.

La carpintería de ribera,

profesión de mí infancia.

Me hizo amar el mar,

a los barcos y las estrellas,

las ansías de ver otras tierras

en marinero me convirtió.

A muchos países yo fui,

los recuerdos son mi fortuna

y ahora a la vejez,

los narro con sentimiento.

Cuando vuelva a nacer,

vuelvo a ser marinero.