Timanfaya, Timanfaya,
cuando mis ojos abrí
fue lo primero que vi
de esta tierra Canaria.
De Port Said a la Güera,
de Buena Esperanza a Espartel,
no existe tierra más linda,
en este hermoso vergel.
Y en ella, esta mi isla,
la Perla de este Edén.
De la Geria negra y verde,
nace el vino parrandero,
orgullo del conejero,
envidia del forastero.
En Arrecife nací,
conejero por fortuna,
amante de la aventura,
enamorado del Mundo.
De tus entrañas Timanfaya,
brota en mi corazón fuego,
de tu lava mi piel morena
y de Janubio el salero.