Mil amores he tenido,
¡cuántas traiciones me han dado!,
de las piedras del camino
con todas he tropezado.
Pero he de seguir andando
hasta llegar a tu lado
y he de escuchar mis canciones
cantadas con sentimiento,
para no llorar de rabia
porque mi sangre está hirviendo.
Soy de una tierra lejana
que lleva a Méjico dentro.
La voz que sale de tu alma
llega hasta el mismo cielo
que aun estando tan lejos,
cuando te escucho cantando,
oigo a tus venas latiendo.
La música no la traigo
porque un mariachi no tengo,
en el Tenampa quedó
esperando al cancionero.